Let's Twist Again!
The Fabulous 50s & 60s Party
(Buenos Aires, Argentina)

Ya que el 25 de agosto es fecha patria en Uruguay, desde hace más de 20 años se celebra en la noche del 24 la llamada Noche de la Nostalgia. Creada en los años 80 por el dueño de una popular radio de FM, la Noche de la Nostalgia es hoy en día uno de los eventos multitudinarios que más público convoca, llegando incluso a atraer a gente del exterior. Centenares de fiestas en todo el país, muchas de ellas a precios exorbitantes, movilizan a decenas de miles de uruguayos ya que ofrecen una selección musical que nos remonta a las décadas de los 60 y, preferentemente, a los años 70, especialmente a la época de la música disco. Es la noche en que la gente de más de 40 hasta casi 70 años sale ya sea a bailar o a disfrutar de una cena, reviviendo sus años mozos y la música que recuerdan –los que todavía pueden recordar!- a precios que van de lo poco accesible a lo increíblemente caro. Es algo que para muchos ya se ha convertido en el gran negocio del año.
Lejos de la fastuosidad de la onerosa Noche de la Nostalgia uruguaya, descubrimos en Buenos Aires algo llamado The Fabulous 50s & 60s Party. Como su nombre lo indica, el énfasis musical de dicho “shindig” es justamente los sonidos de esas dos décadas.
Pero no esperen encontrar una gran discoteca con sofisticados efectos de luces o un elegante restaurante: la fiesta “para la juventud nuevaolera” (tal como se la promociona) tiene lugar en una vieja casa de varias habitaciones aunque sólo dos se mantienen funcionales para el evento: una para bailar y la otra para beber y socializar, especialmente para fumadores. No hay adornos, no hay lujos, apenas hay algunos asientos y mesas…pero hay mucha música y bien viejita de verdad.
De la mano de los dos disc-jockeys de la casa, DJ Old Uncle John y DJ Beatpunk, se puede disfrutar de los frenéticos ritmos de Richie Valens, Ricky Nelson, The Troggs, Chuck Berry, Dion, Roy Orbison, Hank Bollow, Gene Vincent, Johnny Ace, Jerry Lee Lewis, Charlie Feathers, The Belmonts, The Platters, The Deltones, The Rivieras, The Sandals más una infinidad de artistas que quizás sólo conocieron el éxito gracias a una sola canción, pasando por los argentinos Sandro y los de Fuego, Johnny Tedesco, Billy Cafaro o los uruguayos The Shakers y The Mockers.

Uno puede enviar su nombre por email a the.fabulousparty@gmail.com y así lograr una entrada gratis hasta la 1 de la mañana, momento a partir del cual se empieza a cobrar sólo diez pesos argentinos. Dentro del recinto, la consumisión no es obligatoria, o sea que uno puede ir y disfrutar la fiesta sin gastar un centavo. Vemos entonces, que la razón de la fiesta está muy lejos del rédito económico o el negocio: la idea es reunir gente afín que guste de música que no se encuentra ni en disquerías ni se escucha en radios.

A eso de la 1, en una pantalla colocada sobre un pequeño escenario, comienza una proyección del clásico “Psicosis” con el viejo amigo Norman Bates -ilustre antecesor de Freddy Kruegger y Jason Vorhees- despachando a Janet Leigh en la clásica escena de la ducha, momento en que el público suspende por minutos su conversación para ver a la blonda caer, tironeando lentamente de la cortina de la ducha.

Rato después y mientras Martin Balsam cae víctima de la “mamá” de Norman, en el escenario hace presencia uno de los DJs, Old Uncle John, quien junto a la guitarra y voz del cantante Babyface, desgranan una serie de clásicos de yesteryear: desde “Runaway” de Del Shannon hasta “Sea of Love” de Phil Philips, ambos se lucen con envidiables armonías y con mucho humor, como preámbulo del gran momento bailable.

Vera Miles y Simon Oakland siguen en pantalla, Norman sigue a los gritos preguntando “Madre, ¿qué has hecho??” y comienzan a vibrar los primeros ejemplos a todo volumen de Rockabilly, Swingabilly, Surf, Doo Wop, Garage, Swing, Beat, Go-go y Spanish Ye-ye.
El público a esta altura ya es numeroso y con muestras de las tribus más variadas: rockabillys, hillbillies, cowboys, punks, neopunks, pin-ups, algún motoquero, varios nerds. El look también es de lo más variado: jeans, camperas de cuero, remeras negras –preferentemente con referencias al espirituoso Jack Daniels-, botas y tacos altos, jopos engominados, patillas, camisas de manga corta, lentes gruesos, faldas de tiro alto, piercings y eso sí: muchos, muchos tatuajes en una fauna de la más rica que rockanrolea y hace el swing comandados por Chubby Checker y amigos, mientras que en el escenario danzan algunas chicas de diverso quilaje y variada curvatura, que seguramente deben tener más de un poster de Betty Page en sus cuartos.

Lo curioso es que a diferencia de la fiesta uruguaya, donde el público baila éxitos que fueron parte de su juventud, la mayoría del público de la fabulous no pasa de los 35 años. Puede haber alguno de 40 o 50 por allí, pero contados con los dedos de una mano. Los demás son gente muy joven que van desde los que nunca escucharon a los artistas que suenan en los parlantes, hasta los que son expertos en estos estilos. De dónde esta juventud conoce esta música necesita una buena respuesta: seguramente alguna disquerías especializada, por supuesto Internet y también mucho, mucho intercambio digital. En el público se encuentran varios músicos de la corriente rock y country: Henry Donati, Luis Domin, Carlos Rotondaro, Pablo Palmieri, integrantes de Los Intrusos, Fernan Roberts –imitador/homenajeador de Elvis- son toda gente que se identifica con esta movida y la disfruta.
Y eso es lo principal: no ser necesariamente un experto, sino disfrutar y rescatar estos sonidos que nos llevan por el Túnel del Tiempo a un momento en que la música tenía más fuerza y era más artesanal, algo difícil de encontrar hoy en día. Como dice John Conquest, editor de la prestigiosa revista de Texas, Third Coast Music: “no es que estés más viejo, es que la música apesta!” Pero estupenda música es la que ofrece esta Fabulous 50s & 60s party, en un evento que seguramente disfrutarían Quentin Tarantino, Jack Kerouac, Andy Warhol, Dennis Hopper o Nancy Sinatra.

Raúl J. Tejeiro

 

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