¿Bailando...?
Payasescos... |
Hace un tiempo, la archiconocida
Madonna grabó un tema pop y lo acompañó con un videoclip
donde, vestida de vaquera, bailaba con dos vaqueros. Mucha gente comenzó
a decirme "¡Qué bueno el tema country de Madonna!!".
Concretamente, el que no sabía de country, se creía que Madonna
estaba haciendo country, pero aún así, no sintió acercarse
al género.
Ahora se ha dado un caso ciertamente más cercano: en la República
Argentina hay en televisión, un programa llamado "Bailando
por un Sueño", basado en el programa español "Bailando
con las Estrellas", que ha dado versiones en todo el mundo, incluido
el "Dancing with the Stars", en Estados Unidos. En el mismo,
un "soñador" busca ganar el concurso de baile para
ver cumplido un sueño suyo, generalmente de carácter social
y caritativo. Para esto, cuenta con la colaboración de algún
"famoso", en general curvilíneas modelitos o ascendentes
vedettes, en el caso de la edición argentina.
Pues bien, en esta edición, habiendo agotado unos cuantos estilos de
baile -swing, rock, tango, cumbia, etc.- se decidió hacer un "programa
country". Con tal motivo, la producción del show, Ideas del Sur,
contactó al grupo argentino de baile country, Honky Tonk Stomp, y a
su profesora, Cynthia Nadel, quien le dió a los coreógrafos
del show las bases de varios estilos de baile country. Además, la disc-jockey
del grupo y también bailarina, Betina Jiménez, alcanzó
a la producción material musical netamente country para acompañar
los bailes.
El lunes 22 de octubre se dió la primera emisión "country"
que contó con una primera pareja -Carla Conte y Damián Duarte-
que se desempeñó de manera interesante. Con la segunda pareja,
la cosa ya entró en un terreno tonto: Paula Robles y Franco David Tabernero
comenzaron su baile "actuando", como sheriffs, bandoleros, etc.
disparando sus revólveres y haciendo un jueguito de vaqueros al estilo
"Plaza Sésamo". Un poco ridículo. Pero todo
se vino cuesta abajo con la aparición del travesti Florencia de la
V y Carlos Martín de la Iglesia. De la V apareció vestido como
una grotesca caricatura de Dolly Parton (aunque él decía "Palton")
que parecía salido de uno de los peores momentos de "La Jaula
de las Locas". Todo el baile fue un manojo de saltos que parecían
dignos de dibujitos animados.
Lo triste continuó con los miembros del "jurado", cuatro
personas que se han erigido en soberbios conocedores de todo estilo de baile
y en cuyos comentarios se limitaron a repetir los mismos vocablos "festivo",
"divertido", "alegre" y "gracioso",
mientras decían "dance line" en lugar de "line
dance", a su vez que daban a todos los concursantes el mismo puntaje.
Uno de los "jueces", un tal Lafauci, quiso hacer muestra de sus
"conocimientos" del género citando al filme "Siete
Novias Para Siete Hermanos", como ejemplo de baile country. La segunda
noche la cosa no mejoró y de música country, se escucharon "The
Gambler", "Achy Breaky Heart" y luego, todo Creedence
y John Fogerty.
Uno debe preguntarse a esta altura
si este tipo de exposición es positiva o negativa para la música
country. Está muy bien que por lo menos aparezca mencionado el estilo
en un programa de gran rating, pero seamos honestos: ninguno de los miles
de espectadores que vieron este payasesco show habrán salido al día
siguiente a comprar algún cd del género. Además, lo mostrado
tenía poco que ver con el tipo de country que se baila regularmente
en discotecas y boliches a lo largo y ancho de Estados Unidos así como
en muchos lugares de Europa y Australia. No. Tenía más que ver
con esas coreografías de esos viejos musicales cinematográficos
de la Metro Goldwyn Mayer, como el mencionado "Siete Novias...".
Hubiera sido más interesante que los coreógrafos del show hubieran
prestado atención a la docente del grupo Honky Tonk Stomp, quien viene
hace años interiorizándose en este tipo de baile. Hubiera sido
más interesante que hubieran visto alguna película más
cercana que muestre gente bailando en cantinas o "honky tonks",
filmes como "Urban Cowboy", Thelma & Louise" o
"Coyote Ugly". O por lo menos, podían haber visto algún
videoclip, como el "Crazy Little Thing Called Love" en
versión country de Dwight Yoakam, que muestra a un nutrido grupo de
bailarines en acción.
Pero seamos realistas: Ideas del Sur y "Bailando..." recurrieron
al country tal como podían haber recurrido a alguna danza swahili africana.
Les importa un bledo difundir el estilo musical porque el programa no es para
eso y si hilamos más fino, ni siquiera los sueños de los soñadores
ni los bailes importan. El programa marca sus momentos de mayor rating cada
vez que alguno de los "famosos" -modelitos, vedettes o travestis-
se pelean e intercambian epítetos con los miembros del "jurado"
en escenas realmente lamentables. Y cuando mayores los insultos, los llantos
y la degradación, mayor el rating y más se factura.
Por eso, lo pienso dos veces antes de ponerme contento por este tipo de espectáculos. Existe la publicidad buena y también la mala y se ha estudiado estadísticamente que la mala viaja más rápido que la buena. Reconozco que el show country de "Bailando..." no fue grosero ni insultante, ni tampoco burlón, pero fue payasesco, tonto, es más, uno de los "jueces" lo llamó "naif". En lo que a mí respecta, no son éstos, adjetivos que me interesen asociados a la música que me gusta y que escucho desde hace 29 años.
Raúl J. Tejeiro