Country Alternativo:
La Historia Se Repite...Por Suerte.
Por los lejanos años Sesenta, ciertos productores discográficos
-entre ellos Owen Bradley trabajando para el sello MCA- vieron cómo
la Música Country había perdido popularidad frente al surgimiento
del Rock en los años Cincuenta. Decidieron entonces “disfrazar”
al género country y hacerlo más sofisticado, buscando ampliar
su público y llegar a las grandes ciudades, y sobre todo, al resto
del mundo. Surgió así un sonido Country-pop, llamado también
Nashville Sound, con canciones que apuntaban más a temas románticos,
dejando detrás la vida campestre, los engaños amorosos, las
cárceles y el alcohol, temas recurrentes del country hasta el momento.
Grandes orquestas con muchos vientos y cuerdas, acompañaban a los cantantes,
quienes lejos de vestir aquellos atuendos de cowboy/girl de antaño,
se presentaban con sofisticadas indumentarias, ya que ahora eran superestrellas
más cercanas al pop que
al country. El resultado buscado fue logrado: Red Foley, Brenda Lee, Patsy
Cline, Jack Greene y muchos otros, lograron un éxito alcanzado por
muy pocos anteriormente y fueron escuchados –y comprados- por un público
que jamás hubiera soñado con escuchar –o comprar- Música
Country. Este sonido fue extendiéndose hasta primeros años de
la década del Setenta y aunque se le cambió el nombre a Countrypolitan,
seguía siendo el mismo pop-country, esta vez con artistas como Charlie
Rich,
Lynn Anderson o Bobby Goldsboro, quienen ofrecían un sonido que cada
vez tenía menos de country y se volvía más lavado e impersonal.
Ante esta pérdida de personalidad e integridad musical reaccionaron
muchos artistas como Willie Nelson, Waylon Jennings, Kris Kristofferson, Billy
Joe Shaver y otros, quienes bajo el rótulo de Outlaws –en referencia
a un LP de Nelson y Jennings- buscaron volver a las raíces y además,
agregar un sonido roquero a sus composiciones. Se encargaron también
de tomar las riendas de sus producciones y de todos los aspectos de su música,
a diferencia de lo sucedido décadas anteriores, cuando eran los productores
quienes moldeaban las imágenes de los artistas.
Pero a comienzos de los Ochenta, nuevamente cierto tipo de country-pop arremetió
de la mano de artistas como Eddie Rabbitt, Anne
Murray y Kenny Rogers, cuyo tema “Lady” estuvo en las listas Pop
de Billboard seis semanas en el primer puesto, pero sólo una en la
lista Country. Artistas que se sumaron a esta nueva andanada Country-pop fueron
Crystal Gayle, Lee Greenwood y Barbara Mandrell, quienes nuevamente saturaron
las estaciones de radio con sonidos pop con cierta tonalidad country. La reacción
purista no se hizo esperar –por suerte- y surgió el movimiento
denominado Neo-Tradicionalismo, o sea nuevos artistas que buscaban rescatar
el autèntico sonido country de intèrpretes como Webb Pierce,
Mel Tillis o Lefty Frizell de los años Cuarenta y Cincuenta. Estos
neotradicionalistas fueron liderados por Ricky Skaggs, Randy Travis, Dwight
Yoakam, Ricky Van Shelton y George Strait, respaldados por los veteranos Nelson,
Jennings, Johnny Cash y Buck Owens, entre otros.
En los mediados de los Noventa el péndulo vuelve al Country-pop, con
la exitosísima Shania Twain marcando el camino a Faith Hill, Tim McGraw
y Deana Carter, entre tantos otros.
Y
como no podía ser de otra manera, nuevamente los puristas al ataque
a fines de los Noventa, esta vez, más jóvenes, más rebeldes
y más tradicionalistas, respondiendo a un movimiento que se ha dado
en llamar Alternative Country, o Alt.Country, Y’Allternative o Americana
Music cuando mezcla sonidos más Folk y de Rock Sureño. Llamémosle
como sea, pero esta gente se ha encargado de pasarle una franela a los viejos
sonidos Honky Tonk, Bluegrass, Cajun, Rockabilly y Tex-Mex y hacerlos brillar
nuevamente como nunca antes. Son artistas de una integridad tal, que muchas
veces prefieren la libertad creativa que les permite un sello menor o independiente
a las presiones musicales que sufrirían por los grandes sellos discográficos
de Nashville. Son muchas veces ignorados por organizaciones como la Country
Music Association, la Academy of Country Music o la revista Billboard, simplemente
por ser intérpretes rebeldes que están fuera del “establishment”
o “star system”, pero logran la fama y la admiración de
aquellos que gustan de la música buena y honesta a lo largo y ancho
de Estados Unidos y también en Europa, donde obsequian a sus fans con
constantes giras.
Raúl J. Tejeiro