Country Made in Uruguay

De piloto de helicópteros de la Fuerza Aérea dedicado a búsquedas y rescates, a cantante y compositor. John Fisher: un vaquero nacido al sur del continente.

CATERINA NOTARGIOVANNI

Un afiche ubicado en las puertas de un bar céntrico anuncia el show de John Fisher. Ese nombre, impreso en la tipografía característica del lejano Oeste estadounidense -aquella de los avisos de Wanted, "Se busca", en inglés-, sus facciones, el sombrero de vaquero y la promesa de un espectáculo de música country inducen al cerebro a pensar que se trata de un forastero. Pero no, John Fisher es uruguayo, nacido en Tacuarembó, criado en Minas de Corrales (Rivera) e inscripto oficialmente como John Fitzgerald Rauduviniche.

"La culpable es mi madre, que le gustaba ponernos nombres extranjeros", se excusa John (46). Ella, sin proponérselo, seleccionó un nombre que terminaría calzando perfecto con la carrera que elegiría su hijo a los 38 años. El mismo que hoy, ocho años después, está próximo a lanzar el primer disco de música country uruguaya con temas originales y en inglés.

Cercano este. John Fisher es piloto de helicópteros de profesión. Cuando cumplió 38 años, y luego de 2.200 horas de vuelo en el área de búsqueda y rescate de la Fuerza Aérea, tuvo que decidir entre jubilarse o continuar realizando tareas en tierra. Optó por lo primero. "Hice todo lo que podía llegar a hacer, pasar a trabajar en una oficina no me interesaba", recuerda. Hasta entonces, su vínculo con la música no iba más allá de tocar la guitarra y cantar alguna balada en una ronda de amigos, pero una vez retirado y con mucho tiempo libre, decidió convertirse en profesional.

La música country siempre fue su pasión, por eso cuando viajó a Inglaterra en 1997 a hacer un curso de capacitación en pilotaje se compró cuatro discos que compilaban lo mejor del género. "Ahí empecé a meterme y a comprar más material", cuenta sentado en la sala de ensayo de su casa, en Parque del Plata. El acopio alcanza hoy los 400 discos de country.

En 2004, Fisher se entera de la existencia del San Pedro Country Music Festival, que se realiza en Argentina y que es considerado el más importante de Sudamérica. Entonces decide participar en representación de Uruguay. Así nace Zona Country, una banda de tres guitarras, teclado, batería, bajo, armónica y tres voces (dos femeninas y la de Fisher). Al regreso, sus integrantes -Andrea, Mary Mc Lane, Diego Braica, Diego Banega, Martín Cruz, Jorge Mariño y Juan Prada-, se focalizaron en la difusión del estilo, y comenzaron a surgir las primeros contratos en hoteles.

En esa línea, Fisher junto a Raúl Tejeiro y Julio Cavallaro fundaron la Asociación de Música Country del Uruguay (www.amcuruguay.com), de la que en la actualidad participan unos cien fanáticos. En total, las bandas locales no llegan a 10.

Cultura cowboy. "Mis héroes eran vaqueros que medían 6 pies y medio de altura, que le hablaban a las chicas y que peleaban contra el malo del pueblo", relata Fisher cuando se le pregunta por el origen de su interés por la cultura country. "Calculo que eso marcó mi gusto", agrega. Además, se define como un hombre no urbano. "No diría que soy un campesino, pero siempre me interesó todo lo gauchesco, lo folclórico. Viví tres años en Montevideo y hui hacia el Este", explica entre risas.

Si bien estuvo dos veces en Estados Unidos, todavía no ha podido visitar Texas, la meca del country. "Mi sueño sería tocar y llevar el disco allí", reconoce. En éste incluye algunas canciones compuestas en 2004, cuando todavía era un novato en la materia. "Lo que hice en estos años fue sacar mucho repertorio, mucho cover y subestilos. Hice un autoaprendizaje de toda la música country. Por eso creo que estoy en el momento de madurez necesaria para hacer un disco con temas propios a buen nivel", asegura.

Fisher dice no haber recibido comentarios negativos por su dedicación a este género, y se llena de orgullo cuando recuerda que espectadores estadounidenses le han llegado a decir que canta "como un tejano". "Esa es mi puntuación máxima. Es como que un americano toque Zitarrosa y le digan `te sale igualito`", ilustra. No obstante, tiene claro que seguiría por el mismo camino aún sin público dispuesto a escucharlo. "El tema es ser auténtico, hacer lo que sentís y realizarte con eso", arguye.

A los fans, en tanto, los describe como "enamorados del estilo". "Igual se pasan el día escuchando música country, pero por sobre todo, son curiosos naturales, personas que quieren saber cuándo, cómo y por qué se escribió tal canción. No les alcanza con escucharla", asegura. Tal vez por eso, y aún siendo un grupo reducido, hace seis meses se creó www.countryuy.com, un lugar de culto para los amantes de esta música.

El próximo sábado 4 de diciembre será una buena oportunidad para conocer a músicos y fanáticos. Ese día se realizará en la Plaza Matriz la cuarta edición del festival de country, en el que participarán ocho bandas que tocarán entre las 11 y las 17 horas.

Hasta el momento, esa música no logra captar el apoyo económico de las grandes empresas, aunque cuentan con la colaboración de la Embajada de Estados Unidos y el Ministerio de Educación y Cultura. De hecho, Fisher y otras bandas locales tocaron en septiembre en el stand de ese país en la Expo Prado.

Con el tiempo, aquella primera banda llamada Zona Country, se convirtió en una mini productora que ofrece cuatro formatos de espectáculos musicales diferentes, con repertorios que incluyen desde country oldies, country rock, rockabilly hasta una fusión acústica de blues y country.

John Fisher no vive de su música, claro. Tampoco es un vaquero de tiempo completo: la caracterización está limitada al escenario. Su esposa y manager, en cambio, relata que mientras ella residió en Venezuela "vivía country", lo que se traduce en vestirse como vaquera todos los días. "Acá no lo puedo hacer porque te miran con mala cara", explica.

Su marido asegura que la ventaja de hacer country en Uruguay radica en la diferenciación: "Sos algo raro que llama la atención".

Pero la desventaja es la barrera idiomática. "Si todo el mundo supiera lo que dicen las letras habría mucha más gente a la que le gustaría esta música", asegura.

Nota publicada en el diario El País, el domingo 21 de noviembre de 2010.

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