Con los ases en la manga
Kenny Rogers en Uruguay - mayo 2011.
Finalmente, luego de años
de espera, se dio lo que pensamos que se tenía que dar. En más
de una oportunidad nos habíamos preguntado porqué muchos gigantes
de la música no se dan una vuelta por estos lares, léase Sudamérica.
Tal era la pregunta que nos hacíamos con respecto a Kenny Rogers, un
ícono de la música country-pop que durante años había
visitado Europa, Australia, Asia y Canadá, por nombrar sólo
algunos lugares.
El riesgo de un artista country es grande cuando viaja a Sudamérica,
región donde el género Country no cuenta con gran popularidad
a diferencia de los lugares antes mencionados. Este hecho, sin embargo, se
ha ido revertiendo en los últimos años debido a una nutrida
agenda llevada adelante por bandas, solistas y varias asociaciones, principalmente
en Argentina, Uruguay y Brasil. Más y más interés ha
surgido por este estilo que antes era relegado para una elite y han nacido
sitios web, programas radiales y de internet, asociaciones y organizaciones
como la Asociación de Música Country de Uruguay, pionera en
Sudamérica en contar con reconocimiento tanto del estado uruguayo por
medio del Ministerio de Educación y Cultura como de la mismísima
Embajada de los Estados Unidos de América.
No creemos que sea casualidad que en poco tiempo se hayan presentado en nuestra
región artistas de corte country-rock y country-pop como John Fogerty
y Kenny Rogers, y sinceramente esperamos que sigan viniendo.
El concierto de Rogers en el Conrad Resort & Casino no fue para todo público,
sino para invitados especiales del establecimiento, que pudieron disfrutar
de una hora y media de clásicos del único artista que ha estado
en las rankings de la prestigiosa revista Billboard a lo largo de cinco décadas.
No podemos dejar de agradecer al Departamente de Relaciones Públicas
del Conrad, que tuvo la deferencia de invitarnos para que la AMCU
pudiera estar presente en este evento country sin precedentes en nuestro país.
Esperemos, sin embargo, que el tejano vuelva para que todos sus fans en Uruguay
puedan tener acceso a su música tal como ha sucedido en otros lados
en Sudamérica.
Pasadas las 22 hs. y con la platea colmada, los ocho músicos de la
banda comenzaron los acordes que dieron la bienvenida al veterano artista
(21 de agosto de 1938, Houston, Texas) que comenzó su repertorio con
una movida versión de “Love Or Something Like It”,
Nº 1 en 1978, seguida por “It’s a Beautiful Life”,
un enérgico tema poco conocido por esta zona. Luego de un saludo a
Punta del Este y disculpas por su inexistente dominio del español,
en inglés Rogers le preguntó al público qué canciones
quería escuchar y prometió esas y muchas más, luego de
lo cual continuó con “If You Want To Find Love”,
éxito de 1991 que hace en vivo mucho mejor que en cd (“Back
Home Again”).
Llegó una selección
de algunas de sus clásicas baladas y mientras empezaban a proyectarse
fotos de Rogers a lo largo de los años, se sucedieron justamente “Through
the Years”, “You Decorated My Life” y “She
Believes In Me” y esta última composición de Steve
Gibb especialmente arrancó aplausos y suspiros.
Retomando el country más enérgico, el tejano interpretó
“Ruby (Don’t Take Your Love To Town)”, de Mel Tillis,
mientras intentaba jocosamente que el público cantara el estribillo.
Bajaron nuevamente las revoluciones para una balada muy personal dedicada
a sus hijos, los gemelos Justin y Jordan y a su esposa Wanda, mientras que
en las dos pantallas gigantes se sucedían fotos familiares, algo que
Rogers ha hecho a lo largo de los años –aunque incluyendo a sus
anteriores esposas e hijos-.
“Reuben James”, clásico tema anti-racista de Alex
Harvey subió las revoluciones nuevamente pero enseguida llegó
“Love The World Away”, estupenda balada que estuviera
incluida en la banda sonora del filme “Urban Cowboy”,
protagonizado por John Travolta y Debra Winger.
Rogers decidió tomarse un descanso, durante el cual presentó
a su joven violinista quien junto a dos de sus guitarristas, deleitaron al
público con un repertorio de bluegrass y polkas. A esta altura, el
público ya deliraba, siguiendo el ritmo de todas las canciones movidas
con palmas, gritos y zapateos. El jugador y sus divertidos comentarios, sumado
a sus clásicos, se había ganado ampliamente a la audiencia.
Más country clásico
siguió con una versión acortada de “Coward Of The
County” de Billy Edd Wheeler y “Daytime Friends”
de Ben Peters y luego llegó la tranquila “Buy Me A Rose”,
que fuera el último Nº 1 de Rogers en el año 2000.
Las pantallas saltaron en el tiempo a los psicodélicos años
60, mientras Rogers interpretaba dos éxitos que tuviera en esas épocas
con el grupo The First Edition, “Something’s Burnin’”
y “Just Dropped In (To See What Condition My Condition Was
In)”.
Nuevamente las baladas para una selección que, según el propio
Kenny comentó, fueron éxitos pero no EXITOS: “Share
Your Love”, “Crazy”(no confundir con el clásico
de Patsy Cline) y “I Don’t Need You”.
El ritmo se levantó con una canción que Rogers siempre incluye
en sus conciertos y que nunca fue lanzada como simple y no entró en
ningún ranking: “She’s A Mystery”. Un misterio
es porqué la incluye, suponemos que le debe gustar de manera personal
y hay que reconocer que es una buena y divertida canción.
Hablando de gustos personales, el siguiente tema fue el clásico compuesto
por el roquero Bob Seger, “We’ve Got Tonight”.
Rogers aclaró que a lo largo de su carrera ha sido bendecido por poder
cantar con grandes artistas femeninas como Dottie West, Kim Carnes y “mi
compadre Dolly Parton”, pero que particularmente había disfrutado
cantar “We’ve Got Tonight” con la escocesa Sheena
Easton. El comentario fue entre risas y vale la pena aclarar, que realmente
Rogers y Easton se llevaron muy mal y realmente ni se soportaban, a pesar
del éxito que lograron con la canción, llevándola al
Nº 1 en las listas country en 1983 y al Nº 6 en las listas pop.
Una incursión en la música religiosa o gospel –recordemos
que el último álbum de Rogers es justamente de este estilo,
“The Love of God”- nos trajo “Have A Little
Faith In Me” que el público coreó a indicación
del cantante.
La locura general llegó cuando Rogers interpretó el siguiente
tema, su clásico “The Gambler”, mientras las pantallas
proyectaban escenas de varias de las películas basadas en ese personaje,
el jugador Brady Hawkes. Nuevamente palmas, más los fans cantando el
clásico estribillo (“You’ve got to know when to hold’em,
know when to fold’em…”). Los coros siguieron con el
primer Nº 1 de Rogers en 1977, el vals que cuenta la historia de la infiel
“Lucille”.
Rogers explicó que durante 30 años, luego de “Lucille”
él solía saludar y se retiraba para esperar entre bastidores
a que el público pidiera más canciones. “Ustedes saben
que el artista va a salir a cantar un bis y el artista sabe que ustedes van
a pedir más, así que luego de 30 años, he decidido evitarme
esas caminatas. Con los años, uno empieza a sentir esos pasos!”,
bromeó el tejano y arrancó con "Lady", la balada que
el legendario Lionel Richie compusiera especialmente para él y que
le significara estar en el primer puesto country por 1 semana y en las listas
pop en esa misma posición por seis semanas en 1980.
“Islands In The Stream”, el hit que Rogers tuviera con
Dolly Parton en country y pop (Nº 1 en ambos rankings) cerró el
show mientras que tal como lo acostumbra hacer desde hace décadas,
el cantante arrojaba panderetas al público, que de pie, aplaudió
a rabiar.
Unos juegos de luces exquisitas, que iluminaban el amplio escenario del Salón
Punta del Este del Conrad, con tonos de azul, rojos, rosados, verdes y violetas,
acompañaron y crearon climas para los distintos ritmos musicales, mientras
que la amplificación fue absolutamente de lujo, así como los
ocho músicos que se encargaron de los coros, de la batería,
bajo, dos guitarras, violín, mandolina, pandereta y dos teclados –uno
con steel guitar incluida-.
Fue una noche donde el cantante demostró una vez más el dominio
sobre el público, con humoradas, desafiando al público a cantar,
todos juntos, en secciones, creando climas intimistas y arrancando cantos,
risas y gritos. Musicalmente, sonó más country que nunca, adornando
muchos temas country-pop con mandolina y violín, con un sonido más
purista. Hubo Honky Tonk, Country-pop, Bluegrass, Gospel, baladas y enérgicas
versiones, en resumen, un poco de todo en la voz inalterada, clásicamente
rasposa de este jugador que aún tiene varios ases en la manga.
Asociación de
Música Country de Uruguay - A.M.C.U. - mayo 2011
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