El country-rock
americano siempre fue un subgénero musical muy manoseado y The Eagles
no constituyeron una excepción a la regla, pues desde su bautismo, arrastraron
la tradición formal, con suturas eléctricas de mercadotecnia especulativa.
Del reclutamiento en Los Angeles como apoyo instrumental de Linda Ronstadt en
1972, a la confirmación como ilustres superestrellas en Norteamérica,
apenas mediaron cinco años, en donde el agudo enfoque comercial de David
Geffen y su sello Asylum, marcarían la dirección, al fomentar
una reciprocidad lucrativa con las personalidades impulsivas del cuarteto, Glenn
Frey (voz/guitarra) y Don Henley (voz/batería).
Tras dos obras tolerantes con sus inestables principios en las bateas, comenzarían
sin ninguna clase de sigilo, a engarzar cada lanzamiento acoplando estilos completamente
impuros para su público inicial, como el funky, una suerte de hard rock
templado y la sumisión del pop ligero, destilando un cóctel sonoro
embriagador y distintivo, mientras disfrazaban en parte las fuentes de aquella
sentenciada gestación, al incorporar a Don Felder como segundo mástil.
De todas formas, debieron sufrir la deserción del incorruptible guitarrista
Bernie Leadon (ex-Flying Burrito Brothers) y después de acariciar la
gloria con el vinilo Hotel California en 1976, perder a un exhausto Randy Meisner
(ex-bajista fundador de Poco). Cerrando además el período germinal,
mediante un prolijo compilado mal datado, Their Greatest Hits 1971-1975, a la
postre, el disco más vendido en la historia musical estadounidense.
Pero expirando los años setenta y amparados en lúcidas estrategias
de logística y cambios en el personal, la ratificación de Joe
Walsh como primera guitarra (ex-James Gang) y el ingreso de otro miembro del
grupo Poco (Timothy Schmit), inyectaron una oportuna transfusión de sangre
fresca, para remontar el vuelo zigzagueante de los aguiluchos.
Los privilegios con que fueron previstos, grabados y producidos sus últimos
tres álbumes antes de la inevitable disgregación en 1980, los
acomodó en una especie de vidriera distinguida por la industria discográfica,
sobrándoles crédito para manejar sin intimidaciones y como leyendas
vivientes, sus discontinuos caminos en solitario, ungidos por la certeza del
éxito. En su carrera se eleva una paradoja que solo esgrime el rock,
la legitimidad y el comercialismo. Tanto es así, que algunas estrellas
de nuevo cuño en la música country como Clint Black, Vince Gill
y entre otras, Travis Tritt, propiciaron con los registros de un tributo (Common
Thread: The Songs Of The Eagles, 1993) y su video clip promocial, el regreso
a la palestra de la banda con su última integración oficial.
Surgirían
por consiguiente, diversos espectáculos en vivo, una edición digital
de la MTV -incluyendo 4 temas inéditos-, ventas multimillonarias y más
consideraciones que las recibidas en sus mejores épocas. Sin embargo,
luego de ser incluidos en el mismísimo Rock And Roll Hall Of Fame, y
en un intento por asentarse en la carretera, turbias complicaciones legales
determinaron el despido del guitarrista Don Felder, episodio que no amedrentó
al nuevamente cuarteto, pues asomando el milenio, las recaudaciones tasadas
por la crema de los promotores en el hemisferio norte, subrayó la substanciosa
rentabilidad de sus giras con eximios músicos de sesión.
Pero las tácticas de consumo masivo demandaban una labor puntual en estudio,
para la cual, las astutas águilas californianas ya habían dado
sus moderados primeros pasos. El formato DVD, permitió una difusión
de carácter planetario con la filmación de los recitales y el
estreno de un par de sus ensayos inexplotados. No obstante, una tirada exclusiva
en el 2006 para la cadena de tiendas Wal-Mart, reveló tres anticipos
de la pendiente producción, mostrando una involuntaria falta de dirección.
Mientras “No More Cloudy Days” y "Do Something",
captaban a tientas el encanto de las baladas country-pop, "Fast Company"
pretendía parodiar a la música dance, con escasa fortuna.
DISCOGRAFIA ESENCIAL
The Eagles [1972]
Desperado [1973]
On the Border [1974]
One Of These Nights [1975]
Their Greatest Hits 1971-1975 [1976]
Hotel California [1976]
The Long Run [1979]
Eagles Live [1980]
Hell Freezes Over [1994]
The Very Best Of The Eagles [2003]
Utilizando un digno
reciclaje de sus tours en los remotos setenta, The Eagles no arriesgarían
ni un centavo durante el 2007 con el lanzamiento del primer sencillo “How
Long”, compuesto por un veterano secuaz de inmortales galopadas,
John David Souther. Y para cuando el CD doble, Long Road Out Of Eden, salió
al mercado finalmente ese mismo año, las apuestas por una incorporación
palpable de soft-rock, con galas de folk contemporáneo y audacias funky,
serían bien gratificadas y refrendadas con la aparición de un
segundo simple, “Busy Being Fabulous", al despuntar el 2008.
Buscando integrar ese cajón de sastre llamado country & rock alternativo,
la orientación de los aguiluchos dentro del mainstream, no coincidía
en lo absoluto con los estímulos de un convenio visiblemente mefistofélico
con Lost Highway Records. En tanto, el monopolio de Wal-Mart para la distribución
y una edición de lujo aumentada por “Please Come Home For Christmas”
(cara A de un 45 rpm de 1978, con Timothy B. Schmit debutando en las cuatro
cuerdas) y “Hole In The World” -única primicia en
la recopilación The Very Best Of…-, reforzaba sus vínculos
con las corporaciones capitalistas, reiterando esa conducta divergente ya endémica
en su historia.
Pero entrando de
lleno en la obra, y aún cuando el mencionado conflicto de intereses,
emerge como una transgresión disonante en algunos alegatos contra el
consumismo y la corrupción del sistema ("Frail Grasp Of The
Big Picture”, “Business As Usual”), se impone la habilidad
técnica ante cualquier discurso. El rigor de las armonías vocales,
la fina manipulación de las guitarras y una base instrumental lustrosa,
bajo el duro control de la dupla Henley-Frey, descoloca hasta la épica
anti-imperialista del excelso tema central y absorbe el lucimiento del multi-instrumentista
Stuart Smith (ex-Rodney Crowell). Con todo, los limitados aportes cedidos por
Timothy Schmit y Joe Walsh, juegan un papel crucial sobrellevando el tórrido
Tour de Force de los líderes, en especial, a través de las dos
incursiones vocales del otrora motor de James Gang (“Guilty Of The
Crime”, “Last Good Time In Town”), quien proyecta una
aireada sacudida tal vez desligada, frente a un adusto dominio entrelazado de
manifiestos y desgarro sentimental.
Ni los cerebros de Bon Jovi, con su irregular AOR desde la composición,
o Jack Tempchin -tan leal como siempre a su amigo Glenn Frey-, escribiendo para
avivar nostalgias, logran alterar el discurrir convincente y sin pasajes demasiado
remisos, de un álbum a la altura de sus clásicos, que igual adolece
de cierta inconsistencia, potenciada por su extensa duración, una disimulada
posición continuista y la ausencia de un hilo conductor nivelado. De
todas maneras, el trabajo alcanzó sin dificultades las listas de la Revista
Billboard adaptadas al gusto del público adulto, acumulando posteriormente
dos premios Grammy, el primer lugar como mejor disco country del 2008 y una
condición de siete veces Platino en los Estados Unidos. Formidables ventas,
quizás favorecidas por una extenuante gira, que también los impuso
en varios centros neurálgicos del viejo continente, finalizando el pasado
22 de Julio en Lisboa, Portugal.
Para A.M.C.U. por Marcelo
Rey.