El otro Elvis

El sábado 20 de agosto, en el suplemento de espectáculos "Sábado Show" del diario "El País", fue publicada la siguiente nota firmada por el periodista Elbio Rodríguez Barilari en su columna semanal. En ella despotrica contra la música country. A continuación, transcribimos el artículo tal como fue publicado, incluyendo errores ("...que eran..." sin tilde, "se cortaba la venas"...,etc.)

Una que me faltaba era ver a Elvis Costello en vivo. Para un tipo nada fanático, como yo, lo que experimento por Elvis Costello es una especie de fanatismo, o casi. Diríamos que lo admiro, mucho. Me gusta. Bueno, en realidad lo aprecio. Lo estimo, dirían Les Luthiers. Así que me fui de una al paradisíaco entorno del Festival de Ravinia, donde hay un coqueto auditorio al aire libre para unas 4 mil personas, y el resto, como diez mil más, hace picnic en el parque mientras escucha. Es una onda hippie pituca, digamos, donde nadie tira un papelito, y nadie se emborracha, y si se emborracha no se le nota. Porque al que se le note, lo sacan como chicarra de un ala.

El hecho de que Emmylou Harris estuviera anunciada como invitada especial, francamente NO era un incentivo. La música country no me cabe nada, aunque sea country chic y a veces de protesta, como el de la Harris. Hay que hacer la distinción, porque una buena parte de la música country representa lo más asquerosamente retrógrado, patriotero, prepotente y belicista de la cultura de los Estados Unidos. El poderoso Clear Channel, por ejemplo, es dueño de cientos de radios de FM, que organizaron un concurso nacional de canciones country en APOYO a la guerra de Irak. Una de esas radios, en el sur de Michigan, lleva por nombre, "White Country", o sea "País Blanco". Y no se están refiriendo ni a Wilson ni a Aparicio Saravia, precisamente.

Elvis Costello apareció con sus lentes negros, su traje gris y su corbata aunque había como 38 grados, y eran las 8 de la noche. Acompañado por su banda, The Impostors, fue alternando canciones viejas y de su nuevo disco, "The Delivery Man". O sea, "El Repartidor". A los que nos gusta el rock inteligente, muerto John Lennon, nos queda Elvis Costello. Como músico es un anormal. Conste que es el UNICO roquero en la historia, aparte de Frank Zappa, que se metió con la música clásica y ha salido bien parado. Su obra "Il Sogno", grabada por la London Symphony Orchestra y dirigida por Michael Tilson Thomas, es súper interesante, estimulante diría. Y cuando toca rock, porque lo que toca sigue siendo rock, se le nota la sutileza por todos los poros. A mí me encanta cuando hace cosas finas, como el histórico disco con el guitarrista Bill Frisell. Pero también cuando pela la guitarra, canta y solea, como los dioses. No tiene lo que algunos llamarían una gran voz, pero cómo la usa. No es un gran guitarrista eléctrico, y se le nota. Sin embargo, lo que hace con sus múltiples guitarras (una Gretch divina, entre otras que no pude saber que eran), es siempre interesante. Sus solos no constituyen una exhibición de dedos, sino que tienen un sentido musical que uno raramente ve en el mundo el rock contemporáneo. El disco nuevo tiene mucho de obra conceptual, unificada, por la presencia de ese Repartidor, un personaje que Costello comenzó a trabajar a mediados de los 80.

Es un disco duro, con historias duras, explorando en algún caso experiencias límites, como el crimen, y en general, un tipo de vida marginal, o del tipo de persona reventada, achicharrada por el "American Way of Life" y el "Sueño Americano", que a su paso van tirando gente para los costados, como una segadora mecánica. Y dejándola ahí, amontonada y rota, a los costados del camino.

También hubo canciones de las clásicas, desde "King of Ameica", toda una ironía, desde 1986 a la fecha. Después de esta andanada de canciones, casi sin comentarios ni pausas, todo a mil, introdujo a Emmylou Harris, una tsica cincuentona, larga, cabesho platinado, vestido de campesina floreado y botas tejanas. Es súperrrrrr famosa, ha grabado con medio mundo, desde Johnny Cash a Bob Dylan, la gente en el parque se cortaba la venas, había muchos que habían ido por ella y no por Elvis Costello. Y Costello dice que ella y Lucinda Williams son sus cantantes favoritas en todo el mundo. A mí, modestamente, me resultó más aburrida que chupar un clavo. Tiene esa voz quejosa y gangosa típica de las cantantes country, la música era parejamente machacona, y las canciones no le llegaban ni a los talones a las de Costello. Lógico. Y Costello, haciendo country a dúo con ella, no rinde lo que estamos acostumbrados, queda como frenado, como Recoba en la selección, sin ir más lejos. Pero bueno, hay que entenderla dentro del contexto de este país, su país, y en ese marco tiene un lugar, un papel, y se ha forrado for ever sin dejar de bocinar en pos de la paz, de los animales, del medio ambiente y contra las minas terrestres. Lo cual me parece muy bien, así que me dediqué tranquilamente a disfrutar una botella de chardonay que teníamos provisoriamente en una hielera. Ya saben, la onda hippie pituca.

Tras unos 40 minutos la Harris estaba despachada y Costello nos dio con su banda otra media hora de gozadera, inteligente gozadera, de esas que hay pocas. ¿Ahora quién me falta? Ah, sí: Otis Rush. A ver si se da una vuelta por Chicago.

 

Antes de proceder a volcar conceptos sobre esta "nota", recomendamos a los lectores leer el artículo titulado "¡Disparen al Vaquero!" publicado en la sección Artículos.

Además de una clara agresividad expuesta hacia el estilo musical que nos compete, el Sr. Barilari incurre en varias apreciaciones no del todo elogiables, a saber:

-Usar a la cadena Clear Channel como ilustrativa de lo "retrógrado, patriotero, prepotente y belicista" que el estilo country es, es lisa y llanamente una grosera generalización. La cadena Clear Channel -dueña no sólo de radios, sino de periódicos y estaciones de TV- tiene fuertes vínculos con la administración Bush, por eso no es de extrañar las actitudes que ha demostrado a favor de dicho Republicano. Su conclusión es que si Clear Channel tiene estaciones de música country y Clear Channel apoya a Bush, entonces la música country apoya a Bush. Usando una similar analogía, entonces podríamos decir que porque el periodista uruguayo Neber Araújo es colorado, entonces todos los periodistas uruguayos son colorados!!
Por supuesto que muchos artistas country han estado a favor de Bush, pero muchos se han retractado de sus opiniones luego del resultado de la guerra y de haber descubierto cómo la información fue manipulada para hacer creer a gran parte del pueblo norteamericano que ir a la guerra era "la única opción." Otros como Toby Keith o Darrel Worley, siguen lamentablemente creyendo que la guerra es la única alternativa.
Pero recordemos que hay muchos artistas country que han expresado sus sentimientos anti-Bush y anti-guerra en Irak, entre ellos Steve Earle, Allison Moorer, Emmylou Harris, Willie Nelson, Rosanne Cash, Neil Young, John Mellencamp, Kris Kristofferson, Iris Dement, Alan Jackson o el trío Dixie Chicks, que sufrió en carne propia la censura cuando unas cuantas estaciones de radio de Clear Channel prohibieron su música luego de que su vocalista líder, Natalie Maines, declarara en un concierto en Londres en el año 2003, que sentía "vergüenza de que el presidente Bush fuera de Texas."
Luego el Sr. Barilari incurre en otra inexactitud cuando se refiere a una estación radial llamada "White Country" en el sur de Michigan. Primero, las estaciones radiales en Estados Unidos se identifican con letras, por ejemplo, WBCK, WBCM, WCZY, WGDN,etc. En Michigan existen 420 estaciones radiales entre AM, FM y radios universitarias. De ellas, 45 transmiten enteramente música country y no existe NINGUNA estación que se llame "White Country". Sí existe una llamada WYTE 96. WYTE puede leerse letra por letra o como una palabra cuya pronunciación es igual que "white" (blanco). Ahora bien, esta estación no está en el sur de Michigan, sino que transmite desde Wisconsin, el estado vecino. Posiblemente, el Sr. Barilari haya sintonizado esta estación desde Chicago, Illinois, donde él reside, pero sin informarse debidamente, lisa y llanamente inventó de dónde llegan estas ondas. Curiosamente, yo tuve la posibilidad de vivir en Wisconsin por más de un año y escuché y GRABÉ mucha música country de esa emisora WYTE 96, una estación de música country, que transmite música de muchos artistas, entre ellos gente como Charley Pride, Big Al Downing, Cleve Francis, Cowboy Troy y hasta Ray Charles, todos ellos artistas de raza negra. La connotación racista en la lectura y pronunciación de WYTE como "blanco" corre por cuenta del Sr. Barilari.

Tomar información parcializada o directamente inexacta y darle un tinte personal, trastocando los hechos reales, no creo que sean características de un periodista serio. En este artículo, el Sr. Barilari indudablemente ha manipulado información para hacer creer a los lectores desinformados que la música country es la última escoria musical de Estados Unidos.

En muchas oportunidades me llamó la atención el tono irónico y sumamente crítico hacia los Estados Unidos y su cultura que el Sr. Barilari ha volcado en sus artículos, burlándose de su política, de su cultura, de su música y de su sociedad en general. En muchas oportunidades me he preguntado porqué, si él está tan desconforme, se ha quedado a trabajar en ese país, donde se gana el sustento.

En otros artículos se ha dedicado ha despotricar contra su Uruguay natal, contra su cultura, sus políticos, su educación y hasta su fútbol. En varias oportunidades me he preguntado porqué no vuelve al país que le brindó educación y hace algo aquí para revertir aquello que él considera tan negativo y critica a la distancia.

En varias oportunidades me he preguntado porqué el Sr. Barilari no se deja de estar peleado con el mundo.

Raúl J. Tejeiro

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